Sin embargo, hace tiempo que ronda por mi cabeza abrir un nuevo rinconcito en la red de redes, uno que, con suerte, llegue a ser mejor de lo que fue el anterior, uno que pueda reflejar con más subjetividad objetiva quién soy. Uno en el que, hablando de una manera extremadamente pública, pueda sentirme en la más íntima de las habitaciones del lugar más recóndito del mundo.
Sin duda, hay un interés memorial en todo este proyecto, pero también uno didáctico, creativo, imaginativo y delirante.
Dónde acabaremos lo decidirá el tiempo, pero quiero fotografiar pedacitos de mi universo interior con las palabras. Sólo después de años podré juzgarme y darme o no la razón, pero ahora quiero jugármela, quiero arriesgarme y lanzarme al vacío de la incertidumbre con algo muy claro: No quiero perderme sin tener la opción de volver a encontrarme.
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