viernes, 30 de septiembre de 2011

Últimamente...

Últimamente mis sentimientos se entrelazan unos con otros, de la misma manera que lo hacen las ondas de la luz, naciendo así la luz blanca; que me ciega,me nubla la mente, la consciencia, la fuerza y el manejo de mi propio cuerpo, que parece balancearse al son de la banda sonora de mi vida.


¿Soy terriblemente sensorial? Me temo que sí. Puede que en algunas ocasiones las circunstancias me permitan controlarlo de una manera más o menos razonable. Pero desde luego, esta situación me ha dejado muchas veces colgada del precipicio, con una cuerda atada a la cintura.
Tantas de hecho, que me es imposible imaginar mi vida sin ese autorretrato fotográfico en el que cuelgo de un precipicio marítimo extenso y brumoso, antes del amanecer; flexionada por mi cintura, en un vestido blanco, con la cabeza y los pies colgando a la intemperie, como si mis puntos de apoyo con la tierra firme (tanto a nivel literal como figurado) estuvieran en la peor de las posiciones, en las más inestables.


Me suelo embarcar el arte que refleja mi estado de ánimo (supongo que como todo en esta vida) pero con arte no me refiero sólo a música, como suele pasar, sino que (a pesar de mis pocas posibilidades de visitar museos) dedico tiempo a analizar poemas, esculturas o lienzos abstractos. Libros, cuadernos antiguos que encuentro por la calle o en cerca de la basura: cualquier cosa.


Me encierro, siento la necesidad de estar a solas, a solas pero acompañada. Acompañada de esas personas, que eran en el pasado en que pude vivir con ellas, no con las personas que son físicamente en el presente, y no porque se hayan convertido en malas personas, sino porque necesito estar a solas con sus imágenes pasadas, las de mis recuerdos aletargados.
Esto me recuerda a mis reuniones imaginarias a la hora del té. Recuerdo haber invitado muchísimas veces a Einstein, Karka, Aristóteles, María Magdalena, Stradivarius, Mozart, Copérnico, Da Vinci, Marie Curie, Isabel Allende, Mata Hari, Edith Piaf, Anne Frank, Josef Mengele, y un largo ecétera. Nunca ninguno de ellos se presentó. Nunca pude debatir con ellos. Nunca pude acumular sus sensaciones. Nunca puede explicarles las sensaciones que ellos me producían a mi. Nunca pude APRENDER de ellos. Nunca pude conocerlos...




Probablemente, tal y como me sucede a diario en la vida normal, no sabréis en realidad de qué estoy hablando, aunque entendáis mis palabras y el texto. Esto es algo así como una canción, yo la escribo y la canto, tu la escuchas, y seguramente te transmita algo, pero mi manera de expresarlo sea de una manera tan X (añádase aquí el adjetivo que se vea necesario) que en realidad no consiga decirte lo que quiero comunicar.


Cada loco con su tema ¿No era así?


Att. Lady Marion por Defecto

jueves, 29 de septiembre de 2011

¡Se me ha olvidado qué estaba haciendo!

No recuerdo;
No recuerdo cuándo deje de recordar.
No recuerdo si alguna vez recordé,
ni recuerdo cuándo llegue a este punto.

No comprendo;
No comprendo como llegue aquí,
no comprendo como no me he dado cuenta.
Ni comprenderé como he podido luchar sin saberlo.

No sé;
No sé a dónde me lleva esto,
sólo sé de donde proviene.
No sé si podré ganar solo la batalla.

No quiero;
No quiero que mis errores pasados
me hagan perder cosas mágicas,
no quiero caer en un agujero negro,
ni quiero ser dependiente.

Existo pero no vivo;
Existo para no vivir aquí,
existo para hundirme en mis pensamientos.

Pienso luego existo;
Pero sólo para mi.

¿A dónde me lleva esto?

Mr. I de Incoherente, con sus incongruencias

miércoles, 28 de septiembre de 2011

¡Hoy en Portada!

       

Hace demasiado tiempo que no escribo, es cierto. Tengo motivos que podrían cubrirme las espaldas, pero me gusta demasiado el roce de mi pelo con ella, con el viento.



Hoy es un gran día para este gran/pequeño (depende de si eres una hormiga o una hormigonera, respectivamente) blog. Tenemos a un nuevo autor!! El caballero Mr. I de Incoherente, va a acompañarme a mí, la histérica y renombrada Lady Marion por Defecto en este viaje hacia el centro de nuestros cerebros; así, tal cual, sacando sesos uno a uno, goteando sangre y dolor por doquier, porque el camino fácil siempre lleva al peor final.


Espero que disfrutéis de sus desvaríos, que son como los míos, solo que no lo son.




Att. Lady Marion por Defecto .