Busco entre todas ellas las mas intensas, compruebo su calidez y su fuerza.
Vislumbro entre todas ellas una especialmente tenue, especialmente normal, especialmente desapercibida.
Cuando me acerco veo que está escondida tras muchísimas laminas de cristal opaco y comienzo a quitarlas poco a poco.
Cuando la última lámina cae todas las demás llamas desaparecen eclipsadas por la intensidad de la recien descubierta.
Me siento acogido, cálido y fascinado.
Poco a poco la llama comienza a envolverse en cristal de nuevo, la aprieto contra mi pecho en un afán por ganarme de nuevo el derecho a ser deslumbrado por su intensidad.
Noto como me abraso, pero no me trasnmite calidez.
La llama se comienza ha alejar y la intento aferrar cada vez con mas fuerza. Pero mientas mas fuerza ejerzo, mas esquiva se vuelve.
Noto como la pierdo y me pregunto si tal vez la este abrazando demasiado fuerte. Si tal vez deba dejarla en sus láminas por el momento.
Mr. I de incoherente con sus incongruencias
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