lunes, 24 de octubre de 2011

¿Te sabes el cuento de...?

Cuando era pequeña me contaban un cuento que parecía de risa, de hecho, yo me reía de tal manera que las carcajadas parecían salírseme a borbotones por entre los dientes de leche. Mis papás ponían un semblante algo extraño, creo que no sabían si animarme a reír o controlarse sus propias ganas de llorar.

Seguro que te sabes el cuento, además, ese cuento es mágico: se cuenta sin contar. Existe en todo el mundo y en todo el universo; no importa que en tu galaxia no exista la palabra "cuento". Pero el cuento tiene un secreto, ¡porque los secretos son la cosa más divertida del mundo! No puedo contarte el secreto, nunca nadie me lo contó a mí, pero un día pasó algo en el jardín:

Mamá y yo jugábamos a las casitas entre el césped en un mantel a cuadros rojos y blancos. Recuerdo que yo estaba preparando un delicioso té de hojas de margarita y barro en una tetera de plástico púrpura y se la estaba sirviendo a los caracoles que nos acompañaban a la pequeña mesa que había preparado para las cinco en punto. 
Las hojas de los árboles se movían, como el pelo bonito de mamá, que se deshacía de su trenza larga. El sol estaba bonito, también, y jugaba con las sombras y a ella la hacía parecer una princesa como la de los cuentos que me leía. 
Entonces me acordé del cuento del secreto. Miré sus ojos felices y tristes al mismo tiempo, que jugaban con el sol, con sus brillos y sus sombras. Miré su boca, que sonreía de una manera bonita y demoledora. Entonces me dí cuenta de cuál era el secreto del cuento. Lo ví en mamá, pero ella jamás me lo contó, así que seguía siendo un secreto. 
Me levanté despacito, y mi madre, que había notado en mí expresiones raras, sabía que tenía algo importante que decirle. Me aproximé a ella con mi pequeño cuerpo, con mi pequeño vestido. Recogí su pelo suave detrás de su oreja y le dije al oído: "Ya sé cuál es el secreto del cuento". Mi madre me miró seria y tras analizarme durante un momento me dijo: "Nunca se lo cuentes a nadie, es lo más importante del cuento". Yo sonreí, me senté en mi sitio y seguí dándole el té a los caracoles.



Seguro que te sabes el cuento. Si te sabes el secreto no se lo cuentes a nadie... 



Lady Marion por Defecto

2 comentarios:

  1. La primera vez que lo he leído me ha parecido que iva sobre el maltrato. La segunda vez me ha parecido que iva sobre el sentido de la vida.

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  2. Más tarde la madre fue acusada de múltiples homicidios.

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